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Un Verano Diferente. Parte I

Ya llevaba más de 10 días en ese minúsculo pueblo de la sierra, donde lo único que se podía hacer era aburrirse.

Mis padres habían decidido que era lo mejor para mi, pasar el verano en casa de mi tío donde por las mañanas debía ayudarle a trabajar en su pequeña granja y por las tardes podría dedicarme a estudiar sin distracción. Y todo por que ese año mis notas habían decaído, casi en picado lo reconozco, pero estaba en plena ebullición sexual, estaba descubriendo los placeres de la vida.

Y ahora ahí estaba, en ese pueblo con mi tío, el cual valga la redundancia era bastante de pueblo, bastante maleducado y soez. Rondaba los 40 años, y no se conservaba mal, se notaba el aire fresco y que trabajaba duro en la granja y tenia los genes de la familia, donde todos somos morenos tanto de piel como de pelo, y con unos ojazos verdes muy característicos.

Todos los días me hacia levantarme sobre las 7 de la mañana, y tras desayunar íbamos a la cuadra a dar de comer a los animales, recoger paja, o cualquier otro divertido trabajito que me dejaba agotado.

Pero ese día todo fue diferente, cuando abrí los ojos el sol entraba fuerte por la persiana, mire al reloj y ya eran las 9:30, me puse una pantaloneta de fútbol negra y una camiseta y fui a buscar a mi tío, era raro que no me hubiese despertado con su tradicional grito.

Lo encontré en el patio trasero, y le pregunte como no me había despertado.

-Hoy puedes tomártelo de fiesta, por lo bien que estas trabajando. Esto ya casi esta acabado y yo luego tengo que ir al pueblo de al lado para hacer unas compras.

-Que bien- respondí – voy a desayunar ¿quieres que te prepare algo?

Ni siquiera respondió, muy típico de el y es que parecía que le cobraban por cada palabra, a veces parecía que le molestaba.

Cuando termine de desayunar, el paso por la cocina

-Me marcho, tardare en venir – dijo con su tono malhumorado.

Yo subí a mi habitación para hacer la cama, pero al pasar por la puerta de su habitación me pico la curiosidad, y es que yo nunca había entrado en ella, así que abrí despacio la puerta y me adentre. La habitación era muy parecida a la mía, muy sobria y con solo 1 cama, una mesilla, 1 armario de dos puertas y un cristo encima de la cama.

Comencé a cotillear su armario, solo encontré su ropa con su olor tan característico y una caja con papeles, nada interesante. Fui a la mesilla y al abrir la mesilla apareció su ropa interior, fue un shock por que al ver esos calzoncillos blancos me imagine a mi tío desnudo, no se si por que durante los diez días que llevaba allí ni siquiera me había masturbado, pero esa visión que antes ni se me había pasado por la cabeza me empezaba a poner cachondo. Cogi uno y lo lleve a mi cara, tenia olor a él, y mi imaginación hacia el resto. Me vino una idea a la cabeza, y es que es casi una teoría, si alguien guarda porno en su habitación siempre esta encima del armario o tras la mesilla, y mi tío no era diferente, encima del armario había un arsenal de revistas porno, cogi un par de ellas y me puse a ojearlas, pero de repente escuche un ruido, imagine que era mi tío y me entro el pánico, guarde todo y salí corriendo de la habitación.

Fui a buscar a mi tío, pero no estaba por ningún lado, solo había sido una falsa alarma, pero yo ya no tenía g anas de jugármela otra vez en su habitación.

Tras hacer las tareas de casa, salí un poco al patio, y uno de los perros vino corriendo a jugar, se llamaba Sam y era un pastor alemán, aunque estaba un poco sucio, así que decidí darle un bañito, por que tal cual estaba daba hasta asco jugar con el.

Cogi agua en un recipiente, un poco de champú y prepare la manguera, empecé a mojarlo, el perro no paraba quieto intentando jugar, saltar y yo casi acabe mas mojado que el. empecé con el champú, frotando bien para dejarlo limpito, y ya me puse a quitarle el jabón con la manguera, se puso a salpicar y acabe empapado, así que como estaba en el patio de atrás, me quite la camiseta y quede solo con la pantaloneta. Seguí quitándole el jabón, pasando las manos por su pelo para quedaran restos.

Cuando llegue su parte posterior me dio un poco de apuro, pero bueno pase mi mano por su culo y llegue a sus huesos rozándolos levemente, fue algo raro, no se bien como explicarlo, pero volví a hacerlo esta vez acariciándoselos con descaro, Sam giro la cabeza supongo que sorprendido por las caricias que le estaba proporcionando. Tenia unos huevos duros y grandes, casi no los abarcaba en mi mano, la situación me fue poniendo caliente y no pude resistir la tentación y con la otra mano le cogi la verga. De su pellejo salía una puntita muy roja, y era una polla fina como un boli, era algo raro pero me dio morbo y me puse a meneársela, la puntita roja y delgada comenzó a engordar de una forma descomunal y a salir de su capuchón, la presión que aguantaba ese pollon hizo que pasara de ser roja a ser casi blanca y de un tamaño impresionante, hasta que en la base de la polla le salieron dos enormes bolas, era realmente la polla mas grande que había visto nunca y la verdad es que he visto unas cuantas. Yo seguía acariciándole y el empezó a mover las caderas como si me estuviera follando la mano, notar esa enorme polla totalmente lubricada moviéndose a un ritmo vertiginoso me puso muy cachondo, mi polla estaba a cien, casi me dolía de excitación.

De repente note como su caliente rabo se convulsionaba, y como comenzaban a salir chorros y chorros de semen sin parar, llenándome la mano de ese néctar sin parar de menear las caderas.

Estaba algo sorprendido, por la situación y solté la polla, Sam se giro y comenzó a lamerme la mano, recogiendo todo su semen para después comenzar el mismo a lamerse su propia polla. Esa imagen me turbaba y baje mi pantaloneta que me molestaba intensamente contra mi rabo, me arrodille para verle en esa autofelación mientras me pajeaba lentamente para no correrme muy rápido. Ver como se la mamaba me ponía a cien, y decidí acercarme y darle una lengüetada para comprobar como era esa polla, creo que le gusto ya que tras unas chupaditas de reconocimiento, me la metí toda en la boca saboreando sus jugos tremendamente salados y el paso a meter el hocico entre mis piernas, acariciando con su pelo y su lengua mi entrepierna, lo que me daba auténticos escalofríos de placer.

-Muy bien, muy bien- se oyó entre aplausos.

Yo me quede de piedra, desde luego era la voz de mi tío, y yo con la polla de Sam en mi boca, aparte rápidamente al perro y me quede ahí en medio del patio, paralizado, con la pantaloneta en un tobillo y la excitación perdida en un segundo, pero debía ser un ridículo espectáculo.

-Toda una perra, que bonito- dijo con su habitual tono despectivo.

Me quería morir, que me tragara la tierra, que hubiese un tremendo terremoto, algo, que pasar algo que me sacase de esa situación. Ni siquiera podía mirarlo, no podía ni moverme, me sentía tan sucio, tan ridículo ..

-Tus padres estarán encantados –

-Por favor no se lo digas- dije comenzando a sollozar –no se que me ha pasado nunca lo había hecho- y empecé a llorar, sin poder ni mirarlo.

Se fue acercando y me temía lo peor, bueno, me temía de todo, mi vida iba pasando rápida ante mí.

Mi tío me cogio del pelo y se agacho ligeramente para susurrarme al oído con su voz ronca:

-Esta bien no se lo diré.-dijo.

Cogiendome fuerte del pelo, dirigió mi cabeza hasta su entrepierna y apretó fuerte, yo estaba aturdido y asustado.

-Pero tendrás que ocuparte de mí.

Estaba tan confuso, por el terror y la vergüenza que creo que en ese momento creo que ni lo entendí y me quede mirándole con ojos de cordero degollado.

- ¿Qué pasa que mi polla no te gusta? – pregunto algo enfadado.

Y ahí si que ya reaccione, mi propio tío me estaba pidiendo que me encargase de su cipote, que notaba como crecía contra mi cara.

Y ni corto ni perezoso, subí mi mano hacia su entrepierna y empecé a sobarle descaradamente, y joder con lo que tenia entre sus piernas, era un pedazo de rabo que casi le hacia sombra al de Sam.

Mi tío suspiraba fuerte, se notaba que le estaba gustando, y fui bajando el cierre de su bragueta lentamente, desabroche su cinturón y baje sus pantalones hasta los tobillos, mis ojos no daban crédito a lo que veían, esos slip blancos aguantaban una presión alucinante, dentro de el se dibujaba un pene enorme, donde se apreciaban todas y cada una de sus venas y unos huevos tremendos, y no pude evitar lanzarme a lamerlos, pasando mi lengua una y otra vez por esos maravillosos y redondeados huevos llenos de semen.

Sin parar de chuparle, aparte sus slip y su polla salio como un resorte, grande dura, como una barra de hierro caliente, empecé a besar su glande y darle pequeñas lengüetadas por todo su rabo, desde la punta hasta los huevos, para volver a subir al glande y meterla toda en mi boca, bueno todo lo que me cabía, mientras seguía el ritmo pajeandole. Sus gemidos me enloquecían, y mi excitación volvió tal como se fue, en un segundo.

Yo seguía con su polla ensartada en la garganta, y el comenzó a acariciarme la espalda con sus manos grandes y fuertes, estaba gozando como hacia tiempo no hacia, y a el se ve que le gustaba también. Con sus manos hizo que hubiera un poco el culo, y empezó a masajearme las nalgas con rudeza, fuerte., y acabo con uno de sus dedos dentro de mi culo. Dios!! Como estaba disfrutando, era maravilloso sentirlo en mi culo, mientras saboreaba su magnifica verga.

De repente note algo frío en mi culo, era la lengua de Sam , lamiendo mi agujero, mi tío saco su dedo y se lo dio a chupar a Sam.

-Si, vamos, chupa el dedito para que este bien lubricado. Comete bien su culo que se lo voy a partir ahora.

Oír a mi tío diciendo esas cosas, mientras me follaba la boca y el culo, me sacaba de quicio.

-ahhh! Para puta, que me voy a correr!

Y diciendo esto me saco la polla y colocándose a mi espalda metió su boca entre mis nalgas y me comió el culo, con ansia, introduciendo su lengua en mi, y alternándola con dos o tres dedos, mientras que con la otra mano se dedicaba a pajearme, yo estaba excitadísimo, habían ocurrido demasiadas cosas esa mañana y el placer que me estaba proporcionando en ese momento pudo conmigo y me corrí intensamente con un gran alarido, creí que moría de placer.

Mi tío recogió el semen que pudo y lo utilizo para lubricarme el ojete, junto tres deditos.

Se colocó a mi espalda y comenzó a golpearme el culo con su polla tremendamente dura, la colocó en la entrada y escupió sobre la punta. Yo estaba algo asustado era un tamaño descomunal y no se como iba a entrar en mi. Empujo un poco y la cabezota entro haciéndome sentir como si me partiera en dos, dejo que el culo se adaptase al tamaño y fue introduciéndose lento y suave, a pesar del brutal rabo que tenia dentro lo estaba gozando como nunca. Notaba sus tremendos huevos, que me enloquecían, pegados a mi trasero, y de pronto empezó a moverse con un ritmo frenético, en cada envestida la sacaba totalmente, para volver a introducirse de nuevo con más fuerza.

-Siiiiii, follame, quiero sentirte dentro de mi –gritaba fuera de mi

-¿te gusta? ¿Te gusta? –gritaba el

No se cuanto duro el polvo, por que el placer que me recorría todo el cuerpo me hizo perder la noción de todo, solo quería sentir su polla reventándome, su pecho rozando mi espalda, el roce de sus muslos, su calor, su sudor, sus huevos golpeándome.

-Dame tu boca, vamos! Quiero que te comas toda mi leche.

- Si, dámela toda, siiii.

Volví a arrodillarme ante su majestuosa verga y me lance a chupársela de nuevo, fuerte, tenia tantas ganas de notar su semen en mi boca, el sabor de mi propio tío. Lamía, y masturbaba su polla mientras con la otra mano volvía a menear mi polla endurecida de nuevo.

Note como su polla se hinchaba un poco, supe que su leche estaba por venir, apreté mis labios contra su glande y note el primer chorro, fue tan fuerte que me lleno tanto la boca que tuve que abrirla para respirar, dejando escapar dos enormes goterones de semen que colgaban por mi barbilla, y otro chorro volvió a llenarme la boca, así hasta otros cuatro chorros, que intentaba tragar como podía. Y yo me corrí de nuevo, fuerte e intensamente, las piernas me temblaban de placer y sentía la boca llena de su dulce néctar.

Cogio mi cara con ambas manos hizo que me incorporara y me pego un beso largo y apasionado, saboreando su propio semen.

Cuando conseguimos recuperarnos entramos a casa y tras una sensual ducha, fuimos a su cama.

-definitivamente vas a tener que ocuparte de mi un poco todos los días!!- dijo de manera sarcástica.

-Bueno, si no queda mas remedio- respondí yo.

Y a partir de ese día el verano aburrido que yo esperaba se convirtió en el más erótico y sexual que podía imaginar, ya que todos los días me daba mi ración de sexo, e incluso mas. Pero eso será otro relato.

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